Una semana más y como cada miércoles, le prestamos nuestro blog a Petra y su diario de viaje. Esta alemana quiso compartir su experiencia de deporte, senderismo y naturaleza durante sus cinco días de estancia en el hotel Fuerte Grazalema. Después de la Ruta de los Llanos del Endrinal, el camino del Salto del Cabrero y la Laguna de Río Campobuche, hoy continuamos con una de las rutas más hermosas del Parque Natural Sierra de Grazalema. Lo cuenta Petra:
Día 4 Jueves, 12 km aproximadamente, 5 horas
Esta ruta nos lleva por el bosque situado entre Grazalema y Benamahoma, en la cara norte, a lo largo de la Sierra del Pinar.
El ascenso comienza a unos 1.000 metros de altura y a medida que transcurre el camino -una subida continua- se puede disfrutar de las bonitas vistas de Grazalema, el nuevo embalse y la Sierra de las Nieves. Nuestro camino sigue y desde el Puerto de las Cumbras, nos regala una maravillosa vista de la Sierra del Pinar.
A lo largo del camino descubrimos varias cosas. Encontramos una planta espinosa en forma de almohada redonda llamada cojín de monja. Aprendemos cómo se fabricaba antes el hielo para enfriar y vemos un pozo profundo y emparedado en el que se apilaban capas alternas de nieve y follaje, ramas, etc. Bajo este clima, se formaba hielo que recogían para utilizarlo. Rosa nos avisa de la presencia de dos machos cabríos de montaña que podemos observar brevemente.
Nuestro camino nos lleva ahora a las profundidades del bosque de Pinsapar. El ambiente es fresco, muy agradable, y por consiguiente también húmedo, de modo que en esta zona abundan las molsas y los helechos. La hiedra trepa por las gruesas ramas de los abetos. Vemos raíces enormes de los árboles erguidos de Pinsapar, de aspecto bastante misterioso.
Sin dejar de subir, abandonamos el bosque de abetos y hacemos una pequeña pausa en el Puerto del Pinar, volvemos a disfrutar de las magníficas vistas sobre el bosque de pinsapos. Ahora empieza el ascenso hacia Benamahoma, por una pista transitable que se ensancha posteriormente.
He aprendido que, dadas las circunstancias, es mejor no salirse del camino, ya que se puede resbalar fácilmente. Esta maravillosa ruta termina en la fuente de agua de Benamahoma.
