Micoturismo: descubre los mejores lugares de Andalucía donde recolectar setas
El arte de recoger setas silvestres y aprender los tipos, características y lo más importante: saber cuáles son o no aptas para el consumo humano, tiene nombre y apellidos: micoturismo.
La seta es un alimento con un potente sabor, saludable y muy presente en nuestros menús más otoñales.
Cuando llega esta estación, bajan las temperaturas y aparecen las primeras lluvias del otoño, nuestros campos se inundan de setas y son muchos los que emplean jornadas enteras en busca de las más sabrosas. El turismo micológico es una práctica puesta en marcha desde hace muchísimos años, sin embargo, son más las rutas micológicas puestas en marcha y los centros que ofrecen formaciones sobre la recolección de setas de una forma sostenible y respetando el patrimonio natural.
La micología es una forma de ocio donde disfrutar de la naturaleza, hacer deporte y además, recoger las mejores setas de Andalucía y poder degustar así este manjar tan preciado del otoño.
¿Dónde recoger setas en Andalucía?
Andalucía en particular ofrece a los amantes del micoturismo una serie de parajes y paraísos en los que maravillarse con el entorno y disfrutar de esta actividad. Aquí se recogen algunos de los mejores lugares donde, individualmente o en grupo, las rutas de micoturismo se abren camino a la vez que se implantan también los centros de información especializados para saber cómo y qué setas se deben coger.
Jimena de la Frontera (Cádiz)
Jimena de la Frontera, en pleno corazón del Parque de Los Alcornocales, es el municipio cercano a Jerez donde la seta se convierte en la ‘reina’ del campo. La humedad típica de esta época y las temperaturas suaves que se disfrutan en sus bosques propician que los hongos encuentren el momento idóneo para ‘darse a conocer’. En esta zona es muy usual encontrar el rebozuelo (), propio de bosques con alcornoques y quejigos. Esta seta de aspecto retorcido y amarillento es muy apreciada por su buen sabor.
Pinares de Aznalcázar-Puebla del Río (Sevilla)
Es recomendable llevar agua y un tentempié para poder realizar la ruta tomándonos el tiempo necesario. La ruta transcurre por la mayor masa de Pino piñonero existente en la provincia de Sevilla, la cual está salpicada por algunas encinas, acebuches y espesos matorrales de lentiscos, jaras, romeros y arrayanes. El recorrido, aunque es fácil, no está señalizado, por lo que es importante prestar atención a los puntos de control para no perdernos y es aconsejable llevar teléfono móvil y gps. En esta zona es muy usual encontrar numerosas setas, entre ellas, Suillus luteus, Macrolepiota, Amanitas, Lycoperdom… y la más apreciada es la “Lactarius delicious” o como le dicen allí en Aznalcázar, ‘El Robellón’.
Parque Natural Sierra de las Nieves (Málaga)
La formación más particular de la Sierra de las Nieves en cuanto a su botánica se refiere, es sin duda el Pinsapar, este bosque de abetos es uno de los mejores sitios de setas, aunque propios de climas más fríos y cuyo aspecto norteño, sorprende al visitante que se adentra en este Parque Natural.
Si la primavera es lluviosa podremos buscar setas como la Russula rubroalba, de color violaceo y muy apreciada aunque bien rara, o los bonetes Gyromitra esculenta. Pero ahora es otoño y queremos coger setas haciendo nuestras propias rutas micológicas en la Sierra de las Nieves, para ello debemos armarnos de una navaja para cortar el tallo sin arrancarlo y una cesta para dejar caer las esporas por el camino, unas buenas botas de andar y echarnos al campo y a los bosques donde buscar boletus y donde encontrar níscalos y otras setas asociadas cada una a cada especie arbórea. Por sus características climáticas el Parque Natural Sierra de las Nieves permite encontrar también otras variedades, como son los Mazuelos, tan raros que mejor no recogerlos para favorecer su propagación.
Sierra de Aracena (Huelva)
Se trata de uno de los lugares con más diversidad de toda España, cuando sus encinares y alcornocales comienzan a dar sus frutos en forma de setas se convierte en un verdadero espectáculo. En primavera es típico el Gurumelo (Amanita ponderosa) y las Criadillas (Terfazias sp.). En los primeros meses del otoño los Boletus aereus y los Rebozuelos (Cantharellus cibarius) animan al recolector, y comenzado el invierno, si el año ha sido lluvioso suelen ser muy abundante las trompetillas, sean trompetas de los muertos (Craterellus cornucopioides) o Gula de Monte (Cantharellus tubaeformis).
Sierra Morena (Córdoba)
Desde la barriada de Santa María de Trassierra -en el propio término municipal de Córdoba capital- a cualquiera de las localidades de la zona, entre la vegetación autóctona llena de encinas crecen también pinares, bajo los cuales se encuentran los apreciados níscalos (Lactarius deliciosus), de un típico color anaranjado que se distingue entre la hojarasca.
Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama (Granada/Málaga)
En este paraje natural (sierras de Alhama, Tejeda y Almijara) a caballo entre dos provincias andaluzas, la humedad de su orientación y el fresco mantillo en descomposición facilitan la existencia de hongos tan curiosos como el Coprinus Comatus, varias especies de amanitas y diversos tipos de boletus, algunos tan preciados como el edulis.
El Andévalo (Huelva)
La ‘seta estrella’ de la comarca del Andévalo onubense es la trufa blanca (Tuber magnatum), una especie muy rara que además no se puede cultivar y solo se conserva fresca unos días. En primavera también crece el gurumelo (Amanita ponderosa), endémica de la zona centro y oeste de la Península Ibérica.
Serranía de Ronda (Málaga)
En la Serranía de Ronda podemos pasear entre bosques de pinsapo (Abies pinsapo), un abeto muy peculiar que se refugió en las montañas andaluzas tras la última glaciación. En el pinsapar se encuentran setas como la oronja o amanita de los césares (Amanita caesarea) y, en primavera crecen las colmenillas (Morchella crassipes), fácilmente reconocibles por su aspecto reticulado que recuerda a un panal de abejas.
Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén)
Por supuesto, si uno es un amante de la naturaleza y de la micología, no puede perderse una visita al Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas, un espacio protegido en el que habrá que pedir permisos, pero un auténtico paraíso para los aficionados a recoger setas. Desde los populares níscalos hasta la muy valorada trufa negra, son varias las especies de la zona que quedarán maravillosamente en un plato.
Sierra de Montoro (Córdoba)
La Sierra de Montoro en Córdoba es un espacio ideal donde cada otoño nacen las setas. Es uno de los lugares privilegiados de esta provincia donde los habitantes de los municipios de alrededor, van en la búsqueda de este manjar culinario.
Esta Sierra que está al límite con Jaén, se caracteriza por tener una especie en concreto, el faisán de jara (Leccinum corsicum), que se considera una de las más preciadas dentro del mundo de las setas.
Sierra Norte de Sevilla
Sevilla cuenta con parajes naturales donde se crían más de 50 tipos de setas. En concreto, la Sierra Norte es el lugar idóneo por sus condiciones de humedad y sombra que favorecen la aparición de este tesoro culinario.
Las “josefitas” o lo que es lo mismo: amanitas, boletus, chopos, champiñones silvestres, níscalos, rebozuelos o setas de pie azul, son algunas de las variedades de especies de setas que podemos encontrar en estos bosques.
Este lugar es sin duda, uno de los ambientes naturales por excelencia en Sevilla donde ir a la caza de setas y donde además se organizan actividades y conferencias para disfrutar del turismo micológico.
¿Cuáles son los beneficios de las setas?
Las setas silvestres son todo un manjar para el paladar, además de ser parte de grandes recetas y elaboraciones culinarias que grandes chefs han incorporado a sus menús más exquisitos.
Pero además de tener ese sabor tan peculiar, las setas tienen grandes beneficios que son de gran interés.
- Tienen un gran valor nutricional.
- Son bajas en calorías.
- Ayudan a mejorar la flora intestinal.
- Ayudan a prevenir el deterioro cognitivo.
- Contienen elementos antioxidantes.
- Son ricas en fibra insoluble.
- Se pueden usar como sustitutos de alimentos como la carne.
- Aportan vitaminas y minerales.
- Dejan un efecto saciante.
- Ayudan a desarrollar el sistema inmunitario y reducen el colesterol.
¿Cuándo se pueden recoger setas?
Encontrar este producto durante todo el año no es tarea fácil, ya que la condiciones climatológicas son imprescindibles para la crianza natural de las setas. Por eso, aunque podamos consumirlas prácticamente durante todo el año, es la estación del otoño la época por excelencia en la que podemos encontrarlas con más facilidad.
La seta necesita de un ambiente húmedo, por eso cuando empieza a llover, en los meses de octubre y noviembre, es cuando se dan las condiciones necesarias para que aparezcan las primeras setas silvestres.
Micoturismo responsable en Andalucía
El auge del micoturismo en Andalucía brinda una oportunidad única para conectar con la naturaleza, pero conlleva también una gran responsabilidad hacia los ecosistemas que visitamos. Recolectar setas de forma sostenible significa respetar el ritmo del bosque: cortar los ejemplares por la base del pie en lugar de arrancarlos, y dejar intactas las especies desconocidas o en mal estado. De este modo, contribuimos a preservar el micelio —la parte subterránea del hongo— y garantizamos que el monte siga siendo fértil para futuras temporadas.
Practicar un micoturismo responsable implica también informarse acerca de la normativa de cada municipio, ya que algunas zonas exigen permisos o imponen límites de recolección. Además, es fundamental evitar dejar residuos, seguir los senderos señalizados y utilizar cestas de mimbre que permitan la dispersión natural de las esporas. Con pequeños gestos, los aficionados pueden disfrutar de esta experiencia con seguridad y al mismo tiempo contribuir a la conservación del patrimonio natural andaluz, asegurando que otros viajeros puedan seguir disfrutando de sus bosques y rutas micológicas.
Noveles en micología, ¿qué deben saber?
Antes de aventurarte a recolectar setas por tu cuenta, es fundamental adquirir los conocimientos básicos que te permitan distinguir las especies y conocer su entorno. No se trata solo de saber cuáles son comestibles o cuáles pueden resultar tóxicas —algunas incluso mortales—, sino también de aprender a recolectarlas de forma respetuosa, sin dañar el bosque ni alterar su equilibrio natural.
A continuación, te ofrecemos algunos consejos esenciales para quienes se inician en el apasionante mundo de la micología:
- Conoce el bosque antes de entrar: infórmate bien sobre la ruta que vas a seguir, consulta mapas o aplicaciones de senderismo y evita aventurarte sin orientación. La planificación es clave para disfrutar con seguridad y sin sobresaltos.
- Nunca vayas solo: salir acompañado reduce los riesgos. En caso de accidente o desorientación, será mucho más fácil pedir ayuda o regresar a salvo.
- Solo recolecta lo que vas a consumir: las setas no comestibles cumplen una función esencial en el ecosistema. Arrancarlas sin necesidad puede alterar el equilibrio del bosque y reducir su capacidad de regeneración.
- Usa una cesta o malla de recolección: evita las bolsas de plástico. Las cestas de mimbre o las mochilas de malla permiten que las setas respiren y, además, ayudan a dispersar las esporas mientras caminas, favoreciendo su reproducción natural.
- Lleva siempre una navaja: cortar la seta por la base del pie con una hoja afilada es la forma más adecuada de recolectarla, ya que evita arrancar el micelio y dañar el suelo.
- Un bastón será tu aliado: te ayudará en los tramos más empinados y también a mover suavemente la hojarasca o la hierba para descubrir ejemplares escondidos.
- En caso de duda, consulta a un experto: incluso los micólogos experimentados pueden confundirse. Si no estás seguro de una especie, recoge un ejemplar completo y llévalo a un especialista o asociación micológica para su identificación. La base del pie o el color de las láminas pueden ser determinantes.
- Recuerda: no existen reglas infalibles para distinguir entre setas comestibles y venenosas. La única garantía es el conocimiento y la prudencia.
- Infórmate sobre la normativa local: en Andalucía, cada municipio o parque natural puede tener sus propias reglas de recolección —cuotas diarias, necesidad de permiso o zonas restringidas—. Consultar antes de salir evita sanciones y contribuye a un uso responsable del entorno.
- Elige bien la época del año: aunque el otoño suele ser la temporada estrella, en algunas sierras andaluzas también se encuentran especies en primavera. Las lluvias suaves seguidas de días templados suelen marcar el momento ideal.
- Evita recolectar setas cerca de carreteras o zonas agrícolas: los hongos absorben sustancias del suelo, y en lugares expuestos a contaminación o pesticidas pueden concentrar metales pesados o tóxicos.
- Vigila la meteorología: el exceso de humedad, la niebla o la falta de luz pueden desorientar fácilmente. Llevar ropa adecuada, calzado impermeable y una linterna ligera puede marcar la diferencia en la seguridad de la ruta.
- Lleva una guía de campo o una app de identificación: existen guías micológicas específicas de Andalucía y aplicaciones que ayudan a identificar especies. Aun así, conviene no fiarse al 100 % de las fotos digitales.
- No pises ni remuevas el suelo innecesariamente: además de proteger el micelio, así evitas erosionar zonas sensibles o compactar el terreno, algo esencial en bosques húmedos.
- Respeta a otros recolectores y al entorno: el micoturismo se disfruta mejor en silencio. Evitar el ruido y los grupos grandes permite observar la fauna y conservar la tranquilidad natural del bosque.
- Participa en salidas organizadas o talleres: en muchos municipios andaluces —como Aracena, Grazalema o la Sierra de las Nieves— se ofrecen rutas guiadas por expertos. Son una excelente forma de aprender y vivir la experiencia de forma segura y sostenible.
Recolectar setas no es solo una actividad deliciosa por el resultado culinario, sino también una forma saludable y enriquecedora de disfrutar del entorno natural. Pasear por los bosques andaluces, observar sus colores otoñales y descubrir la diversidad de hongos que albergan es una experiencia que combina aprendizaje, bienestar y respeto por la naturaleza. Ya sea en solitario o en buena compañía, el micoturismo puede convertirse en una de las formas más gratificantes de conectar con el paisaje andaluz.
Micología: Si te gusta la recolecta de setas no te pierdas estos 10 consejos prácticos
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Muy buenos consejos y zonas!! gracias!!!
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Saludos seteros!!!
Desde Cesta y Setas os damos la enhorabuena por el artículo. Muchas gracias por la información.
Estoy totalmente de acuerdo con el contenido de este artículo. La micología es una ciencia interesante y Andalucía ofrece sin duda algunos de los mejores lugares para la práctica del micoturismo. Es crucial que, como bien se menciona, la recolección de setas se haga de manera sostenible y con respeto hacia el entorno natural. Los beneficios nutricionales de las setas son notables y es esencial saber cuáles son aptas para el consumo humano. Agradezco la información compartida en este post y espero que muchos tomen conciencia de la importancia de recolectar de forma responsable. Un saludo.